Del cambio climático a la crisis climática. La industria periodística
En la última actualización de la guía de estilo del periódico The Guardian se recomienda a los periodistas el uso de los términos: crisis, colapso o emergencia climática, para abordar el tema del cambio climático y el medioambiente. Estas directrices, en palabras de su editora Katherine Viner, suponen el reconocimiento de la magnitud y urgencia del problema: “Queremos asegurarnos de que estamos siendo científicamente precisos, al mismo tiempo que nos comunicamos claramente con los lectores sobre este tema tan importante”.
Esta actualización terminológica también afecta conceptualmente a los términos utilizados para definir la elevación de temperatura de la Tierra, el calentamiento global, redefiniendo el “global warming” por el “global heating” y el “Climate sceptic” por “Climate science denier”. Otros medios también se han sumado a esta iniciativa. La BBC reconoció que en muchas ocasiones el tema del medioambiente no estaba adecuadamente formulado y, era preciso, que en su cobertura mediática se omitieran las posiciones negacionistas del cambio climático ante la evidencia científica que lo certifica.
“Man-made climate change exists: If the science proves it we should report it. The BBC accepts that the best science on the issue is the IPCC’s position…
Be aware of ‘false balance’: As climate change is accepted as happening, you do not need a ‘denier’ to balance the debate. Although there are those who disagree with the IPCC’s position, very few of them now go so far as to deny that climate change is happening. To achieve impartiality, you do not need to include outright deniers of climate change in BBC coverage, in the same way you would not have someone denying that Manchester United won 2-0 last Saturday”
El uso correcto del lenguaje para definir y contextualizar una situación es fundamental para abordar el problema en su justa dimensión; de la neutralidad e imprecisión conceptual y sin referencias temporales del “cambio climático” a la connotación de gravedad del problema y su urgencia “Crisis o emergencia climática”. De la duda y desconfianza del escéptico “Climate sceptic” a la rotundidad de la negación científica “Climate science denier”.
Pero las medidas tomadas por estos dos medios de comunicación no sólo afectan a nivel semántico, también, repercuten en el posicionamiento de la industria periodística y en el tratamiento informativo. Si consideramos el papel prominente que desempeñan los medios de comunicación, tanto en la esfera pública como en la agenda política, la apuesta del The Guardian y la BBC de posicionar el medioambiente en el establecimiento de la agenda informativa es un primer paso para contribuir a la generación de conocimiento social, de conciencia pública y de transformación de actitudes y valores sociales.
A pesar del determinismo ideológico de estos dos medios en materia medioambiental, en general, la crisis climática está muy lejos de ser una prioridad informativa para la industria periodística, tanto en su cobertura informativa como en su tratamiento. A día de hoy, aún, se mantiene una inercia narrativa basada en el discurso confuso y ambiguo del cambio climático.
Frente a la realidad cambiante y poco esperanzadora que vivimos, es evidente la necesaria complicidad de los medios de comunicación en la alfabetización científica y en la comprensión y concienciación de la complejidad del problema de la crisis climática.
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