Editorial

ESPAÑA CIRCULAR – CAMBIO DE MODELO

La Estrategia Española de Economía Circular está actualmente en proceso de aprobación. Enfatiza la definición de Economía Circular, que es la necesidad de avanzar en la implementación de un modelo de desarrollo y crecimiento que permita optimizar la utilización de los recursos, materiales y productos disponibles manteniendo su valor en el conjunto de la economía durante el mayor tiempo posible y en el que se reduzcan al mínimo la generación de residuos.

La transición de una economía lineal a una economía circular requiere de una actividad coordinada entre Administraciones, sectores económicos y el conjunto de la sociedad. La compleja naturaleza de la transición hacia la Economía Circular- derivada del necesario cambio estructural en los modelos de producción y consumo- exigirá la adopción de un nuevo modelo por parte de los responsables de las políticas públicas, del sector privado y de la sociedad.

Sin embargo, el reto del Cambio Climático (2020-2030) enfatiza resolver de forma resiliente y sostenible la no superación de 1,5ºC (IPPC) el calentamiento global y no agravar más la situación, pues el aumento de 2ºC será del todo irreversible. Abordar este reto exige acciones sin precedentes en todos los aspectos de la sociedad y la economía, y los próximos diez años son críticos.

El día 18 de Enero de 2019 se celebró en la Universidad Complutense de Madrid un encuentro sobre cambio climático y desarrollo sostenible, en el marco de la Transición Ecológica y en el cual se anunció un Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030. Se expresó, por parte de nuestros gobernantes, un firme compromiso en la lucha contra el Cambio Climático, el uso racional y solidario de los recursos, su apuesta por una economía descarbonizada y una transición ecológica urgente.

AlmaTerraMagna  aporta un modelo que a partir de datos científicos, a partir de los Acuerdos de París y, a partir del patrimonio natural,  recoge las necesidades de reducción de emisiones de GEI, la captación de CO2, y la puesta en valor de los recursos hídricos naturales para cumplir con los compromisos de reducción y mitigación del Cambio Climático. Es una hoja de ruta centrada en tres medidas que pueden suponer un avance considerable para los objetivos a conseguir en la próxima década.

Las advertencias científicas:

El Manifiesto difundido por Alliance of World Scientist, 2017;  expresa una serie de acciones para detener el Cambio Climático, de las cuales destacamos:

  1. Protección de una parte significativa de los hábitats terrestres, marinos y de agua dulce.
  2. Salvaguardar los ecosistemas naturales, para lo que es imprescindible detener la conversión y pérdida de bosques, selvas y pastizales, entre otros muchos.
  3. Emprender una restauración a gran escala de plantas autóctonas, con especial atención a los bosques.
  4. Educar hacia el respeto y aprecio a la naturaleza.

El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC), reclaman una reducción del 40% de emisiones para el 2030 (respecto del 1990) e indican que para lograrlo se pueden emplear procedimientos naturales como la forestación y la reforestación.

También refieren que la presión sobre los recursos hídricos disponibles aumentará en el futuro por la posibilidad de sequias (nivel medio de confianza) en la región mediterránea, que se verán incrementadas conforme se haga más visible el calentamiento global.

The Nature Conservancy y otras 15 organizaciones como la Universidad de Cornell (USA), publicaron en la revista científica PNAS,  que medidas como las plantaciones masivas de árboles y una buena gestión forestal podrían llegar a reducir emisiones de GEI en un 37% de aquí a 2030 en el planeta y supondría un 20% de reducción en España.

El Acuerdo de París:

De los 188 compromisos nacionales de reducción de emisiones incluidos en el Acuerdo de París, 164 basan el cumplimiento de los objetivos en la generación de energía renovable. Para reducir las emisiones de GEI en un 45% en 2030, las energías renovables son la clave y además una oportunidad.

Según el director general de IRENA, Agencia Internacional de Energías Renovables “…la energía solar genera hoy en día 2 veces más empleo, por unidad de generación eléctrica, que el gas y el carbón juntos” Adnan Amin.

El patrimonio natural:

Como patrimonio natural nos referimos a esos recursos naturales propios de cada país, en el nuestro, existen innumerables recursos naturales entre los cuales destacaremos:

1) Las horas de sol

2) La capacidad boscosa del territorio

3) Las dos terceras partes de la península están rodeadas por el mar.

Horas de sol:

En España disponemos de 2500-3000 horas de luz solar plena al año. De media son más de 8,2 horas/día, siendo los valores más altos en Badajoz, Sevilla, Almería y Alicante (Instituto Geográfico Nacional). Todo ello supone una gran ventaja respecto a otros países como por ejemplo el Reino Unido que dispone de 1200-1600 horas de luz solar plena al año, que viene a ser 3-4,5 horas al día.

Es crucial la planificación de instalaciones de generación de energía renovable, las de mayor peso específico las fotovoltaicas, termosolares con capacidad de almacenamiento,  con los objetivos de acercarse al 90% de generación para el 2030, pues técnica y económicamente es posible.

Actualmente contamos con 4 plantas solares consideradas de las más grandes del mundo, centrales que pueden producir más de 100 megavatios de pico de producción, encontrándose en Cáceres, Badajoz, Sevilla y Granada.

En 2008 España era considerada uno de los países con mayor potencial de energía fotovoltaica instalada en el mundo con un total de 2708 MW de producción llegando a alcanzar hasta los 4672 MW.

Capacidad boscosa:

Los bosques son importantes sumideros naturales del planeta y el potencial de plantar nuevos bosques no es despreciable (Protocolo de Kioto, articulo 3, apartado 3) especialmente si son de madera dura y densa y se enriquece el suelo con materia orgánica (biodiversidad). Las características geográficas y climáticas de nuestro país permiten aumentar la masa boscosa en un porcentaje importante.

En España existen 27,7 millones de hectáreas de superficie forestal y los bosques ocupan 18.417 millones de hectáreas (INE, 2017). Si bien estas cifras son superiores a años anteriores aún son insuficientes delante del reto del Cambio Climático. Según la Fundación Aquae, los arboles de los bosques podrían llegar a absorber el 20% de emisiones de CO2 anuales en nuestro país. Si en España cada persona emite 8 toneladas de CO2 al año, el reto es conseguir que en 2050 solo sean 2 toneladas al año.

Según The Nature Conservancy (EEUU),  el despliegue de acciones de reforestación sería una medida rentable, pues se requiere menos de 100 dólares por cada tonelada de CO2 absorbida.

Península rodeada por el mar:

El agua es un bien de primera necesidad, su escasez  durante las últimas décadas ha puesto de relieve la necesidad de desarrollar infraestructuras que complementen las necesidades hídricas de nuestro país.

Las medidas para garantizar la eficiencia hídrica pasan por la reutilización mediante el tratamiento de aguas residuales para reducir la presión sobre este recurso. Sin embargo existen reticencias importantes sobre el tratamiento de estas aguas para uso de la población y urbana,  no así para saneamiento, para infraestructuras agrícolas e industriales. En España hay 2.125 estaciones Depuradoras de Aguas Residuales.

La Asociación Española de Desalación y Reutilización y la Fundación Aquae nos aportan información de la capacidad de transformar el agua del mar en agua potable tanto para regadío como para consumo humano y para las ciudades.

ACCIONA, es una empresa líder que cuenta con más de 75 plantas desaladoras construidas con una capacidad total de 2,3 millones de m3/día y 10,5 millones de personas abastecidas.

En España existen 16 plantas desalinizadoras, básicamente en la cuenca mediterránea y Lanzarote y que desalan entre todas ellas aproximadamente 538 hm3/año, sin contar que no siempre funcionan a pleno rendimiento, pues en situaciones de normalidad hídrica funcionan solo entre un 10-30% de su capacidad. En situaciones de sequía llegan a cubrir importantes necesidades hídricas de las poblaciones colindantes, aparte que pueden funcionar con energía renovable.

CONCLUSIONES

La Economía Circular se vislumbra como la nueva economía que va a permitir el desarrollo sostenible de las naciones sin comprometer el planeta tierra. Sin embargo su implementación a lo largo de todo el sistema económico actual requiere de tiempo, de negociaciones,  de recursos y de mucha voluntad de cambio.

Nuestra aportación se basa en tres acciones esenciales que implementadas de forma conjunta pueden suponer  una apuesta segura y diligente para alcanzar en estos diez años los objetivos del Acuerdo de París y prepararse para las consecuencias  y mitigación del Cambio Climático.

  • Implementación generalizada de captación de energía solar. En definitiva, transición a energías renovables ya contempladas como aceleradoras del cambio y como modelo energético.

Ello va a suponer la instalación de paneles solares. La Administración Pública puede liderar esta transición, a modo de ejemplo, extendiéndose a empresas y particulares.

  • Aumentar de forma considerable la masa boscosa con una buena gestión forestal. Forestar y reforestar extensiones afectadas por incendios (51% noreste peninsular y 19% zonas del mediterráneo) y zonas en proceso de desertización. Las dos terceras partes de la geografía nacional pertenecen a la categoría  de áreas áridas y semiáridas. El Programa de Acción Nacional contra la Desertificación puede actuar para la restauración de terrenos degradados creando bosques en grandes extensiones.
  • Adecuar la gestión de las plantas desalinizadoras existentes y creación de nuevas plantas para la producción de agua potable; también la reutilización del agua mediante las depuradoras de aguas residuales. Serán una valiosa herramienta ante la posibilidad de escasez hídrica. Construir canalizaciones para transporte del agua a zonas más vulnerables y nuevas zonas forestales, tanto para riego como para consumo.

Creemos que la puesta en marcha de estas acciones pueden suponer una reestructuración de características laborales, sociales y económicas muy importantes, que van a permitir preparar el mercado de trabajo para la transición hacia una economía baja en emisiones, apoyando la formación laboral en energías alternativas y actividades ecológicas.

Serán los denominados empleos verdes que incluyen los sectores de: Tratamiento y depuración de aguas, gestión y tratamiento de residuos, producción de energías renovables, gestión de espacios naturales protegidos, gestión de zonas forestales, servicios a empresas y entidades, educación e información ambiental, agricultura y ganadería ecológicos.

 

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