Esta expresión tan nuestra que nos evoca un cierto sinsentido no es más que un desdecirse de aquello acordado o establecido, que por determinadas razones se acordó y estableció como oportuno, ahora ya no se encuentran razones para esta oportunidad.
Sin embargo y respecto al Cambio Climático, las razones de oportunidad siguen siendo las mismas, sino más urgentes si cabe.
Los Acuerdos de París (1) (COP21 de diciembre 2015) establecieron los esfuerzos necesarios (como una hoja de ruta) para no sobrepasar el aumento de la temperatura global del planeta en 1,5 ºC y no sobrepasar los 2ºC, respecto a los niveles preindustriales.
El Special Report de 2018 del IPCC (2), refería que “Existen unos límites para la capacidad adaptativa de los seres humanos y los sistemas naturales que se encuentran en un calentamiento global de 1,5ºC y que para lograrlo se debería reducir la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) del 40 al 60% en el año 2030 y llegar a unas emisiones neutras en el año 2050”.
Sin embargo en la COP 24 de Katowice (Polonia-2018) se expresaron resistencias hacia los Acuerdos de París, suponiendo un freno a la hoja de ruta, pero no, a destinar más recursos para la “reducción y mitigación” de los efectos del Cambio Climático.
Esto supuso restringir la ambición climática poniendo más énfasis en los aspectos subsidiarios de los efectos del Cambio Climático que en la causa u origen del propio Cambio Climático.
El sexto Informe del IPCC (2021), filtrado en origen a la prensa por Scientist Rebellion (3) que apareció oficialmente más suavizado-modelado, proponía ya no solo una reducción en el uso de los combustibles fósiles sino un cambio en el modelo de desarrollo social y económico.
Este año 2022 se ha celebrado en Egipto la COP27. Calificada de decepcionante por no conseguir compromisos reales de reducción de emisiones de GEI. Se ha cedido a los intereses de los combustibles fósiles y de los grupos de presión corporativos en medio de un mercadeo de compensaciones a países pobres, subsidios a los combustibles fósiles, créditos/impuestos al carbono en el mercado de emisiones, valorizaciones globales y no nacionales. Estos cambios argumentativos significan que los gobiernos de los paises más contaminantes del planeta (EEUU, China, India, Brasil y también UE) se están posicionando hacia oportunidades de rentabilidad, pues la inversión en adaptación va a convertirse en el negocio del Cambio Climático.
Los términos que se escuchan, “Adaptación”, “Resiliencia”, como una cuestión de supervivencia, significan la inversión de miles de millones en la construcción de infraestructuras que eviten inundaciones, que soporten el aumento del nivel del mar y las catástrofes naturales; en definitiva, prepararse para los eventos climáticos destructivos.
La ironía es que, por no haber hecho los deberes en su momento y eludir los peores escenarios, ser resiliente ahora supondría un ahorro por costes evitados, también de miles de millones.
(1) Acuerdos de París: Acuerdos dentro del marco de la Comisión Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que establece medidas para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Adoptado por 196 países el 12 de diciembre de 2015. Su objetivo es limitar el calentamiento mundial por debajo de los 2ºC. (2) Special Report-IPCC: El Informe Especial sobre calentamiento global de 1,5ºC, fue publicado por el Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático. Incluye más de 6.000 referencias científicas y fue preparado por 91 autores de 40 paises. (3) Scientist Rebellion: Grupo ambientalista de científicos internacionales que propugnan una mitigación más eficaz del Cambio Climático.